Son muy conocidas las propiedades del tomate, su color rojo intenso, por ejemplo, es debido a su alto contenido de un excelente antioxidante llamado licopeno. También cuenta con gran cantidad de vitaminas (B, C y A), minerales como el potasio, fósforo, magnesio y calcio, entre muchos otros, previene le cáncer de próstata, la osteoporosis y además tiene muy pocas calorías y grasas, lo que lo convierte en un alimento ideal en dietas para bajar de peso.
Pero además y según lo indica el portal Hechos de Hoy, una investigación publicada en la revista Molecular Nutrition & Food Research, descubrió que los tomates también contienen un ácido llamado 9-oxo-octadecadienoico que actúa contra la dislipidemia, un tipo de acumulación de grasas en sangre que puede generar enfermedades vasculares sintomáticas, como la arterioesclerosis o la cirrosis.
Este trabajo comprobó también que ese nutriente puede prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares. El ácido 9-oxo-octadecadienoico fue analizado por los investigadores para comprobar sus potenciales propiedades , descubriéndose su capacidad para aumentar la oxidación de los ácidos grasos y contribuir a la regulación del metabolismo lipídico hepático.
El efecto de este compuesto del tomate previene la acumulación de grasas en el sistema circulatorio y la obstrucción que éstas pueden provocar. Así que el hecho de que esta fruta esté presente en gran parte de nuestros platos, más que un cliché, es un acierto.
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