La pirámide alimenticia, esa que todos aprendimos de pequeños pero a la que nadie presta atención, es la mejor manera para mantener una alimentación balanceada, pues muestra de manera gráfica las proporciones de una adecuada nutrición.
Los cereales como pastas, tubérculos, panes y harinas representan su base porque son los elementos que nos dan la fuerza y la energía para afrontar nuestros días y son necesarios para un correcto desempeño físico y mental, al no ingerirlos nos sentiremos irritables, con sueño y sin fuerzas, lo peor, es que el organismo te pedirá a gritos estos carbohidratos y cuando vuelvas a comerlos recuperarás con creces los kilos perdidos. Por esto lo ideal es no sacarlos del menú sino consumirlos en cantidades y horas acordes a nuestro gasto energético diario, por ejemplo, consume la mayoría en el desayuno, baja la cantidad al almuerzo, y a partir de las 5 de la tarde no consumas más si tu nivel de actividad a esta hora es muy baja, en su lugar puedes comer proteínas, vegetales y frutas ligeras.
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