Esta nueva ley le dará al gobierno norteamericano la posibilidad de controlar más a las empresas tabacaleras a través de la Food and Drug Administration (FDA), que entre otras novedades ordenará la colocación obligatoria de advertencias de gran tamaño en las cajas de cigarrillos.
El presidente Obama reconoce la dificultad de dejar este vicio cuando ha acompañado a la persona por mucho tiempo, pues la vive en carne propia, pero confía en que la FDA realizará sus funciones utilizando los mejores conocimientos científicos posibles a la vez que obligará a las empresas tabacaleras a reconocer finalmente los efectos nocivos y mortales de los productos que comercializan.
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